20 de agosto de 2009

mentiras piadosas

Hoy soñé de nuevo...
O mejor dicho, hoy soñé.
Qué? con quién?
Que LL me llamaba y me pedía tomarnos un café.
Yo le preguntaba cómo había conseguido mi número, no me contestó.
Le dije que no me parecía buena idea vernos, y él insistía que no quería dejar nada sin "cerrar" bien.
Le dije que yo ya había cerrado todo, que ya había bajado la persiana, y que si no le había dado yo mi número nuevo de celular era, lisa y llanamente, porque no quería saber de él otra vez.
Me dijo que una fulana se lo había pasado.
Me dijo que él estaba saliendo con una amiga mía.
Me dijo que no quería volver conmigo... que quería verme para que yo le devolviera cosas... JA! (mi imaginación al dormir es asombrosa)
Yo le dije que no tenía nada suyo... y ahí vino el divague mayor: me dijo que quería que le devolviera su primer beso. JA! flaco, hay ciertas cosas que no tienen devolución.
Cuanto me encantaría no haberte sacado nada... o que sientas que te lo robé.
Acto seguido: se abre la puerta de mi cuarto. Me despertaron.
Noooo! quería saber cómo terminaba la historia... seguro LL se ponía a llorar al final de la conversación telefónica.
Despertarse un jueves pensando en un ex está mal. Eso es de miércoles. No de Jueves.
Jueves.... con sabor a LL...
La cosa es que al pensar en LL me acordé, casi por reflejo de una canción que conocí a los 10 años, pero que entendí a mis 18, cuando la volví a escuchar y me empecé a hacer medio fan de este genio.

Cuando le dije que la pasión por definición no puede durar
como iba yo a saber que ella se iba a echar a llorar.
No seas absurdo, me regañó, esa explicación nadie te la pidió
así que guardatela, me pone enferma tanta sinceridad.
Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir que el azar se parece al deseo
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera
contarle que el universo era más ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real no una color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.
Y las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Y cuando por la quinta cerveza le hablé de esa chica
que me hizo perder la cabeza estalló,vas a callarte de una vez por favor.
Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.

Título: Mentiras Piadosas
Año: 1990
Letra: Joaquín Sabina

El tema ahora es desarmar esta canción.
Cada parte me hace acordar a alguien, no todas a LL.
Mentiras: R no las soportaba. Ni blancas, ni piadosas, ni nada. No soportaba que le mintieran...
Sinceridad: me ponía enferma como LL era de honesto. Hasta en la primera salida... hay ciertas cosas que es mejor reservarlas para la curiosidad.
Mundo real, no color de rosa: siendo completamente objetiva y autoreflexiva llego a la conclusión de que con LL es con el que fui más cruel: honestidad bruta. Porque en el momento en el que se la pintaba un poco de rosa, o le ponía azúcar para que no fuera tan amarga, el pibe entendía todo para el lado de los tomates y volvía a pensar en hijos....
Conviene mentir: con I me di cuenta que a veces conviene mentir un poco. No en cosas grandes. Pero mentir en: "ayy si, hoy me acordé de vos....", es algo que no se le niega a un Rico Chico.
La rutina mata el deseo: MJ me enseñó eso, que era parte de su filosofía de vida... por eso nunca podía estar con una mujer sola, eso para él ya era algo rutinario, y nunca quiso matar el deseo.
Engaños narcóticos para el mal de amor: a B le mentí (o no, depende como se mire, pero la culpa me carcome a veces, así que prefiero asumir que si...) Con el único afán de que él sufriera menos.

Pero... a fin de cuentas, esta mañana empezó siendo un día de reflexión sobre LL, pero Sabina da como para recordar a todos los fantasmas, ehh!
Que locura!